Sticky fingers: taller de collage

Este año decidí matricularme en uno de los talleres de verano del Círculo de Bellas Artes de Madrid: Sticky fingers (que significa "dedos pegajosos"). Nunca había asistido a ninguno (autoflagelación). De hecho, mi aproximación al Círculo ha sido siempre para tomar un café o subir a la terraza (más autoflagelación). El caso es que me dije: "De este año no pasa", y no me lo pensé dos veces. A pesar de que sabía que por el horario iba a estar más agobiada que una gata con diez ovillos de lana (chiste malo, lo sé) ya que era de 4 a 8 de la tarde, con apenas tiempo para comer.

El caso es que me lo he pasado estupendamente y, sí, el horario fue un poco estresante, sobre todo porque las tardes las tenía vendidas, pero ha merecido la pena.

El profesor, Sean Makaoui, es la caña (como podéis ver si entráis en su página): además de ser una persona eternamente sonriente, tiene una enorme creatividad gracias a un trabajo constante, y es un ejemplo para cualquiera que persiga un sueño. Él lo hizo: se vino a España por amor y, después de descubrir los collages, tuvo claro que quería dedicarse a hacerlos. Sin estudiar Bellas Artes (estoy descubriendo a muchísimos profesionales que son autodidactas, y eso anima a gente como yo). En fin, que además de aprender un montón de cosas sobre los collages, sus charlas y consejos me resultaron de lo más instructivas y sé que va a ser uno de los profesionales que siempre tome como referencia.

Dejo aquí los collages que hice en el taller.


El primero que hicimos. Había que partir de esa pieza de madera. A mí me recordó al cuerpo de una mujer. Después cada una propusimos títulos a todos los collages, y a mí me gustó el de Nostalgia.

Para el segundo collage teníamos que partir del título del collage que teníamos a nuestra izquierda. El mío era Desde dentro

El tercero consistía en un "encargo" editorial para una revista femenina. El encargo consistía en hacer una ilustración en la que se mostrase la manía actual de valorar todo con estrellas. Se pedía toque de humor y como elementos debía aparecer comida y viajes.

Este collage estuvo basado en una canción. Sean nos puso dos temas: uno más tranquilo y otro de hiphop. Claramente, me incliné por el segundo.

Y aún me dio tiempo de hacer otro. De casualidad me encontré con estas fotos dobles, y visualicé la canción como una especie de figura geómetrica repetitiva. Este tipo de composiciones son más propias de un collage digital, pero al hacerlo manual te obliga a darle más a la cabeza para que el resultado final quede como tú quieres. Más o menos.

El último día pudimos hacer lo que cada uno quisiera. En este taller tuve muy claro que me siento mucho más cómoda con este tipo de composiciones humorísticas en las que juego con la imagen y la palabra. Y, claro, es mi collage favorito de todos los que hicimos.

Y este lo hice también el último día. La primera mujer es la parte cortada del anterior collage. Era de una revista de los años 30, en la que todas las modelos posaban de una manera muy "natural", así que se me ocurrió ponerlas tiesas como palos.



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