Este pasado sábado tuve el placer de asistir al Taller de Dibujo Rápido que se celebró en Buitrago de Lozoya. Estaba organizado por los ilustradores Jorge Arranz y Luis Pérez Ortiz, quienes además de enormes dibujantes, son de lo más generoso: no solo impartieron el taller gratis, sino que nos dieron cuadernos artesanales. Así que muchísimas gracias a ambos.
El taller consistió en visitar el Museo Picasso y ver sus apuntes rápidos. Los dibujos que hay del genial artista son todos "moneda" de cambio con los que pagaba a su peluquero, Eugenio Arias, que era de Buitrago. Después nos fuimos a la plaza principal y detrás de las murallas a dibujar directamente con rotulador, sin lápices y sin que diera tiempo a pensar si estaba bien o mal. De hecho, una de las "normas" era divertirse y soltar la mano. Lo importante: desbloquear la mente del tópico de "esto es muy difícil; esto no me sale", que no hace más que bloquearnos. Lo mismo que hacen los niños, vaya, que se atreven a dibujar cualquier motivo sin importarles lo que piense el resto. Lo malo es que cuando somos mayores nuestra mente acaba "contaminada" por esa especie de vergüenza al que dirán. Y la verdad es que lo único que nos tiene que interesar es disfrutar con el lápiz y, sobre todo, garabatear.
No es publicidad, es que estaba todo lleno de pancartas electorales y un urban skectcher dibuja
Y Lola hizo una foto de su retrato a través del cristal:
Estas son fotos del evento, con todos los cuadernos desplegados y la obligada enfrente del Ayuntamiento / Museo:
Por la tarde, los pocos que continuamos en el pueblo, fuimos a ver la exposición "Picasso y el Teatro" en la que pudimos ver el vestuario que el artista malagueño diseñó para la obra El sombrero de tres picos. La colección de indumentaria, de inspiración goyesca y mucho colorido, supone un homenaje a las distintas regiones españolas: bailarinas vestidas de sevillanas, mallorquinas o aragonesas. picadores, toreros, alguaciles, vecinos, etc. Muy recomendable, por cierto.
Dibujos rápidos cómo moneda de cambio. ¡Qué gran idea! Me da la impression de que según pasa el tiempo, vamos para atrás, cómo el cangrejo.
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