Día del Libro

Hoy se celebra el Día del Libro. Aunque no hacen falta días especiales para la lectura, ni para contar cuentos ni para regalar libros, ya que este día se celebra, provechémoslo.

El Cuentacuentos oficial (que es el que está ahí abajo) te quiere contar algunos minicuentos que me encantan para que dejes de trabajar durante un ratillo y alimentes la imaginación con algo bonito de verdad.






EL DEDO, Feng Meng-lung

Un hombre pobre se encontró en su camino a un antiguo amigo. Éste tenía un poder sobrenatural que le permitía hacer milagros. Como el hombre pobre se quejara de las dificultades de su vida, su amigo tocó con el dedo un ladrillo que de inmediato se convirtió en oro. Se lo ofreció al pobre, pero éste se lamentó de que eso era muy poco. El amigo tocó un león de piedra que se convirtió en un león de oro macizo y lo agregó al ladrillo de oro. El amigo insistió en que ambos regalos eran poca cosa.

-¿Qué más deseas, pues? -le preguntó sorprendido el hacedor de prodigios.

-¡Quisiera tu dedo! -contestó el otro.
FIN


SUEÑO DE LA MARIPOSAChuang Tzu

Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu.
FIN


HABLABA Y HABLABA..., Max Aub

Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.
FIN


TRANVÍAAndrea Bocconi

Por fin. La desconocida subía siempre en aquella parada. "Amplia sonrisa, caderas anchas... una madre excelente para mis hijos", pensó. La saludó; ella respondió y retomó su lectura: culta, moderna.

Él se puso de mal humor: era muy conservador. ¿Por qué respondía a su saludo? Ni siquiera lo conocía.

Dudó. Ella bajó.

Se sintió divorciado: "¿Y los niños, con quién van a quedarse?"
FIN


LLAMADAFredric Brown

El último hombre sobre la Tierra está sentado a solas en una habitación. Llaman a la puerta...

FIN


Y termino con el clásico de los clásicos:


EL DINOSAURIO, Augusto Monterroso

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

FIN


Espero que los hayáis disfrutado y que aprovechéis este día para compraros un buen libro en alguna librería de barrio, que también tienen hoy descuento.

Comentarios

  1. Gracias, muy chulos. Tienes razón, a visitar librerías de barrio.

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