Estuve en Santiago de Compostela este fin de semana pasado. A pesar del frío, me animé a dibujar al aire libre. Hubiera sido pecado grave irme sin hacerlo, estando en una ciudad tan bonita. Subí hasta la iglesia de Santa Susana, que está en la Alameda, junto a la carballeira del mismo nombre. Después de dibujarla, me enteré por mi tía que esta era la iglesia en la que primeramente iban a casarse mis padres.
Las ramas de los árboles han tenido que quedar pendientes para otro viaje, porque casi se me congela hasta el agua del pincel.
¡Qué chulo! Termo de café y mitones para la próxima.
ResponderEliminar¡Ya ves! Lo bueno que tiene de dibujar en condiciones extremas es la satisfacción de haberlo hecho y que encima quede bonito.
ResponderEliminarUna pregunta: para dibujo en condiciones de mucho frío o adversas por el motivo que sea (viento, calor, abejorros) ¿no es preferible usar pinturas y evitar los pinceles, el agua y toda la parafernalia, o el resultado justifica el sufrimiento? ¿Qué diferencia habría habido en el dibujo de Santa Susana si hubieses usado lápices de colores? Gracias.
EliminarA ver... con abejorros lo mejor es huir. Las moscas es otra cosa, aunque un coñazo porque tienes que espantarlas cada 2 o 3 minutos. Con calor, mejor ponerte a la sombra de un buen árbol y llevar un sombrerito y crema alta protección. Con frío, busca un lugar donde dé el sol y si tienes que sentarte en algo de piedra, lleva un periódico para que no se te quede el culo como un iceberg. Y parafernalia poca. Existen unos pinceles con depósito de agua que son muy prácticos para el dibujo al aire libre. Y el resultado siempre justifica el sufrimiento. Y sino, siempre te queda la pintura rápida. ¿De dónde te crees que sale el estilo impresionista? La amenaza de lluvia y el viento son buenos para soltar la mano porque no puedes recrearte. Y por último: en caso de que no te dé tiempo, siempre te queda la opción de hacer una foto y terminar el color en casa, aunque el mérito ya no es el mismo para el artista.
ResponderEliminar